Cuando inició la pandemia, nos avisaron que durante un tiempo trabajaríamos desde casa por el tema del coronavirus, la gran mayoría recibimos la noticia con emociones encontradas. Durante mucho tiempo anhelamos esa posibilidad por diferentes razones: el tránsito diario, las distancias, la inseguridad, la falta de convivencia con la familia, entre muchas otras, pero imaginarlo es una cosa y otra muy diferente es llevarlo al terreno de lo real.
Nos despedimos de beso por última vez de nuestros compañeros de oficina una tarde de marzo perdida ya en nuestra memoria y dijimos: nos vemos pronto, quizá en 15 días y así, ya llevamos más de un año. Todo ha cambiado desde entonces, vivimos y trabajamos diferente, nos vemos a través de las pantallas, cambiamos nuestras casas, las adecuamos como oficinas y salones de clase, reclamamos espacios y silencios e hicimos de nuestro hogar, nuestro todo.
Ha sido difícil para el mundo entero, este virus nos golpeó como una roca en la cabeza y además del dolor por el golpe, nos agitó las conciencias. Hemos ido aprendiendo y reinventándonos en medio de la tormenta, nos tuvimos que deshacer para hacernos de nuevo, pero con otra programación y una nueva perspectiva algo así, como si nos hubiéramos comprado otros lentes para ver el mundo con otra graduación. Tuvimos que implementar estrategias para mantenernos conectados para trabajar y como siempre sucede, la iniciativa privada sale al rescate y se blinda para mantenerse en pie y a todos aquellos que dependemos de la fuerza y solidez de las empresas. La comunicación es un pilar esencial para lograrlo y aunque hay muchas áreas de oportunidad aún, vamos por buen camino. Desde hace algunos años, diversas empresas ya practicaban el trabajo desde casa por lo menos un día a la semana, y eso ayudó para que se adaptaran mejor, sin embargo, no todos estábamos preparados ni con las herramientas básicas o con las habilidades desarrolladas para lograrlo. Hoy ya hemos dado pasos muy importantes, hemos ido entendiendo que dentro de todas las crisis también hay oportunidades y allí debemos de centrar nuestra atención y talento. Un claro ejemplo está en todas las empresas que se vieron beneficiadas con la pandemia, como las que se dedican a vender computadoras, aparatos de gimnasio, entregas a domicilio, plataformas para comunicación remota, etc. Como empresarios y líderes, lo que se haga o se deje de hacer durante los momentos de crisis, por lo general es lo que definirá sus rumbos y la comunicación es el principal actor para lograr el éxito como líder y equipos. Necesitamos salir fortalecidos y unidos de esta situación entendiendo que no podemos controlarlo todo, como una pandemia y sus consecuencias, pero sí, podemos reaccionar con estrategia y, sobre todo, con empatía. Esa es la clave, comunicar con empatía para hacer efectiva y amena la relación laboral a la distancia y con ello conseguir los objetivos como organización entendiendo que el equipo está trabajando desde casa con todo lo que eso significa como el ruido, la señal de internet, los hijos, la luz y que no por eso dejamos de ser productivos. Con paciencia y capacitación, todo irá tomando un rumbo hasta que podamos decir: Lo logramos juntos como el gran equipo que somos. Aún no hemos salido de la pandemia, pero las empresas que han revolucionado sus procesos, que han entendido la importancia de la comunicación y que han implementado estrategias innovadoras para seguir ofreciendo productos y servicios de calidad, son las que van a permanecer y saldrán beneficiadas de todo este gran cambio que estamos viviendo en el mundo entero. Es una gran oportunidad para fortalecer las habilidades blandas y desarrollar otras habilidades que estamos descubriendo por lo que, los invito para que cada vez que tengan reunión virtual con sus equipos, cuando les hagan una presentación de algún producto o servicio o cuando ustedes las hagan, tengan en cuenta que seguimos siendo seres humanos reinventándonos poniendo todo nuestro talento en cada cosa que hacemos y que las costumbres del trabajo presencial como el saludo, el interesarnos por los otros, la organización, el respeto del tiempo y la sonrisa no deben de estar ausentes. De hecho, son los ingredientes fundamentales que no deben de faltar si lo que buscamos es unirnos y trabajar exitosamente. La empatía debe ser de ida y de regreso para mantener un ambiente laboral saludable durante esta contingencia y fuera de ella. Es el momento de los líderes, es la gran oportunidad para llevar sus habilidades al máximo nivel. Es en los momentos de crisis cuando dependiendo del liderazgo se consigue salir de la tormenta y no solo eso, sino que se fortalecen. No es nada sencillo, pero lo realmente importante en la vida, tampoco lo es. Así que, la inteligencia emocional, la estrategia, visión y adaptabilidad serán las palabras que estaremos escuchando continuamente. El barco nos necesita a todos y del buen trabajo que hagamos dependerá que no se hunda y que sigamos navegando rumbo a mejores puertos.
Samantha Goode Consultora en comunicación estratégica
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